después de dos meses de silencio




vuelve a aparecer otra piedra, como de sorpresa porque las últimas noticias hablaban de cambios en la cala y nada de piedras natural-artificiales. El azar acecha donde menos se espera o, dicho de otra manera, el mundo es un pañuelo.

Ahí va la narración de la 38


La historia de nuestra piedra:


un día mi amigo Pablo me habló sobre unas piedras colocadas en una cala de Mallorca las cuales formaban parte de un proyecto, realizado por un artista. Por supuesto que nuestra curiosidad fue más allá y decidimos ir en busca de las piedras. Organizamos una excursión a Cala en Basset, con Pablo, Bea, Olivier y yo.





¿Dónde vais? a lo que nosotros respondimos: a por piedras.


Llegamos a Cala en Basset (lugar desconocido por mi hasta entonces) cual fue nuestra sorpresa cuando allí había millones y millones de piedras.


¿Qué buscamos? piedras.


¿Cómo serán las piedras? ni idea, pero aquí todas parecen tener el mismo color.


Pues empecemos. Durante largo tiempo cada uno se perdió por la cala en busca de la piedra, se convirtió en algo personal. Todos queríamos encontrar nuestra piedra, en un lugar tan maravilloso como Cala en Basset donde solo estábamos nosotros.


Fue Olivier el primero (y único) en encontrarla. ¡La tengo!


Todos queríamos verla y tocarla.


El resto continuamos con nuestra búsqueda, sin éxito, mientras Olivier guardaba su tesoro.


Por supuesto hicimos fotografías de la piedra, queríamos continuar con nuestra colaboración en el proyecto artístico.


... Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que el artista de las piedras, el cual había despertado nuestra curiosidad para participar en su proyecto, era Alfons Sard, el primer profesor por el cual yo llegué a Mallorca para realizar su sustitución de 15 días. Soy Elizabeth Calvo, supongo que cuando leas esto sabrás quién soy.


Gracias por darnos una experiencia como a que tuvimos.