una piedra poética


Piedra número 28

Conversación con una piedra.

Llamo a la puerta de una piedra.
- Soy yo, déjame entrar.
Quiero penetrar en tu interior,
echar un vistazo,
respirarte.

-Vete- dice la piedra-.
Estoy herméticamente cerrada.
Incluso hecha añicos,
sería añicos cerrados.
Incluso hecha polvo,
sería polvo cerrado.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Vengo por mera curiosidad.
Sólo la vida permite satisfacerla.
Quisiera pasearme por tu palacio,
y luego visitar una hoja y una gota de agua.
No me queda mucho tiempo.
Mi mortalidad debería ablandarte.

- Soy de piedra- dice la piedra-.
Imposible perturbar mi seriedad.
Vete,
no tengo músculos risorios.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Me han dicho que encierras salas enormes y vacías,
nunca vistas y bellas en vano,
mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie.
Confiésalo: ni tú misma lo sabías.

- Salas enormes y vacías- dice la piedra-.
Pero no hay espacio disponible.
Bellas, quizá, pero no para el gusto
de tus limitados sentidos.
Puedes verme, pero nunca catarme.
Mi superficie te da la cara,
pero mi interior te vuelve la espalda.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
En ti no busco refugio para la eternidad.
No soy desdichado.
Ni carezco de techo.
Mi mundo merece el regreso.
Quiero entrar y salir con las manos vacías.
La prueba de haber estado en ti
se limitará a mis palabras
en las que nadie creerá.

-No entrarás - dice la piedra-.
Te falta sentido de la participación.
Y no existe otro sentido que pueda sustituirlo.
Incluso la vista omnividente
te resultará inútil si eres incapaz de participar.
No entrarás; ese sentido, en ti, es sólo deseo,
mero intento, vaga fantasía.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
No puedo esperar mil siglos
para estar entre tus paredes.

-Si no crees en mis palabras- dice la piedra-,
acude a la hoja, que te dirá lo mismo que yo,
o la gota de agua, que te dirá lo mismo que la hoja.
Pregunta también a un cabello de tu cabeza.
Estoy a punto de reir a carcajadas,
de reir como mi naturaleza me impide reír.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.

-No tengo puerta -dice la piedra.


Wislawa Szymborska

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta piedra número 28 tiene derecho a una cátedra abierta en la mejor universidad de la vida,me ha gustado su ironía,desparpajo y el aire que va del principio al fin de la conversación.Felicidades de A.Dulac

Rosabr dijo...

Alfons m'ha agradat molt aquest escrit, me fa pensar amb la voluntat que tenim les persones per coneixer les coses més enllà del que la nostra metafísica ens possibilita. Coneixes un escultor que nom Joan Pere? És molt interessant el que fa també.

Anónimo dijo...

Aquest article és digne de marcar en la meva opinió. Val la pena estalviar per a futures referències. És una lectura fascinant, amb molts punts vàlids per a la contemplació. He de coincidir en gairebé tots els punts fets en aquest article.